
Su recuperación de la tradición del mantra dentro del Cristianismo, en las enseñanzas de los Padres del Desierto y la iglesia primitiva, permite al Cristiano contemporáneo abrazar la práctica de la contemplación en la vida cotidiana, y también disfrutar la amistad espiritual con todas las religiones, con toda la humanidad.
John Main, un monje benedictino, plantó la primera semilla de la comunidad que ahora compartimos en 1975, en su monasterio de Londres.
“En mi experiencia, John Main es el guía espiritual más importante de la Iglesia de hoy”
Bede Griffiths, monje Benedictino.
“John Main poseía el genio de la simplicidad.”
Raimon Pannikar, filósofo.
“En la meditación desarrollamos la capacidad de volver todo nuestro ser hacia el otro.
Aprendemos a dejar ser a nuestro prójimo, de la misma manera que aprendemos a dejar ser a Dios. Aprendemos a no manipular a nuestro prójimo sino a reverenciarlo, a reverenciar su importancia, la maravilla de su ser, en otras palabras, aprendemos a amar.
Por esta razón, la meditación es la gran escuela de comunidad. La meditación crea comunidad.”
John Main
Este es el corazón de la enseñanza que hoy define y da vida a la Comunidad Mundial para la Meditación Cristiana .