(FOTO: LAURENCE FREEMAN, BONNEVAUX, FRANCIA)
Es por esto que sugiero que, en la tradición cristiana, integremos la meditación a nuestras vidas diarias: porque perdemos el equilibrio. Yo puedo perder el equilibrio muy rápidamente. Nos sucede a todos. Tenemos problemas, tenemos desilusiones, tenemos conflictos. Nuestros estados de ánimo cambian igual que cambian las circunstancias de la vida, las personas con las que vivimos, las personas con las que trabajamos. Todos necesitamos re-equilibrarnos continuamente. En la vida espiritual esto no es solamente un retiro anual, es una práctica diaria. Es algo a lo que necesitamos prestar atención continuamente para mejorar la calidad de nuestro ser, de modo que nuestro trabajo pueda ser verdaderamente una forma de glorificar a Dios en todo lo que hacemos. Si nuestra oración se convierte en Su oración, entonces nuestro trabajo se convierte en Su trabajo.
( Meditando como un Cristiano, Laurence Freeman OSB 2013 C )