(PHOTO: LAURENCE FREEMAN, MALAYSIA)
Este trabajo de silencio que hacemos nos lleva a dos distintos niveles. Llegamos a esos distintos niveles de silencio en el tiempo de Dios, no en el nuestro. La Contemplación es simpre un regalo, no una técnica. Está el silencio de la lengua, está el silencio de todo el cuerpo, el silencio de la mente, el silencio del espíritu. Cuerpo, mente, espíritu. ëstos son niveles. (…) Estos niveles de silencio son realidades que encontramos, y que con la práctica llegamos a reconocer. Lo importante es continuar el trabajo a través de todos los niveles. Aún cuando nos encontramos como en un embotellamiento de tránsito, o estamos trancados, sólo seguimos adelante. Si te encuentras en un embotellamiento en una carretera, es muy frustrante, pero no puedes simplemente bajarte del auto y dejarlo allí. Tienes que seguir avanzando, aunque sea centimetro a centímetro, hasta que se despeja. No sabías qué era lo que estaba ocasionando el bloqueo, el embotellamiento. Así es también en nuestra propia psique – tenemos accidentes, cometemos errores, tenemos problemas que tenemos que superar.