(PHOTO: LAURENCE FREEMAN, BRAZIL)
(…) ser discípulo también es comprometerse con una comunidad. No ser solamente un individualista, no ser solo un consumidor de espiritualidad, saltando de una cosa a la otra, sino tirar el ancla, tomar un compromiso, como lo hacemos en el matrimonio. Hay un compromiso — uno se compromete con una persona, con una forma de vida. Y ese compromiso es un aspecto que define nuestra identidad como discípulo Cristiano. Y sobre todo, recordando esa primera historia del Evangelio de Juan, todo esto sucede en el contexto de la oración. Es la oración la que alimenta el discipulado y todos los diferentes elementos de nuestra identidad Cristiana. Afecta nuestra moralidad, nuestra vida familiar, nuestra actitud hacia la justicia social, nuestra alabanza y nuestro servicio a la comunidad.
( La vida cristiana a la luz de la meditación 1:
Discipulado, Meditatio Talks 2019 A, Laurence Freeman OSB )