

Extracto del libro de John Main “Essential Writings”, editado por Laurence Freeman (Marynoll, NY: Orbis, 2002) Pág. 109
El objetivo de pronunciar repetidamente el mantra es que se convierta en el foco de nuestra atención. No estamos pensando en nada, ni estamos persiguiendo ningún conocimiento que pueda llegarnos al decir el mantra.
Dejamos que todos los pensamientos se alejen de nuestra mente y para ir llegando a un silencio cada vez más profundo en el que el único sonido que nos envuelva sea el mantra. El mismo mantra nos irá enseñando la paciencia que necesitamos para repetirlo incesantemente. También nos enseñará la humildad que debemos tener para pronunciarlo.
Cuando meditamos, no buscamos aprehender a Dios o llegar a una visión profunda de Él. Buscamos simplemente aceptar el regalo de nuestro propio ser, tan plenamente como podamos ahora y responder a ello tan generosamente como seamos capaces. Para hacer esto, debemos aprender a permanecer en quietud, a guardar silencio y a ser verdaderamente humildes.
En el lenguaje común, la esencia de la meditación es dejar atrás el ego. No estamos tratando de ver con el ego lo que está sucediendo. La visión del yo está limitada por su propio egocentrismo. El ojo con el que vemos sin límite es el ojo que no puede verse a sí mismo. La paradoja de la meditación es que, una vez que dejamos de ver y poseer, comenzamos a ver todo como nuestro.
Carla Cooper
Traducido por WCCM España