Todos tenemos que trascender nuestros intereses personales para vivir en una sociedad democrática y aceptar la responsabilidad personal por nuestra libertad y nuestro futuro. También es parte de nuestra espirirtualidad porque la democracia es una conversación continua que requiere veracidad, centrarse en el otro y servir a la justicia.
El Seminario John Main de este año será liderado por un político de rara estirpe– respetado y admirado por todo el espectro global – que ha dedicado su vida al proceso democrático: Herman van Rompuy.
Herman cree que ‘la conversación es el corazón de la democracia’, por ello conducirá el seminario como un diálogo sensible con otros meditadores representativos de diferentes edades y culturas dentro de nuestra comunidad. Será un grupo heterogéneo de hombres y mujeres que comparten la convicción de que la meditación hace la diferencia – para el meditador y para el mundo en el que vivimos.
La participación en el Seminario online solamente tendrá un costo de £20. Para participar en el Retiro y el Seminario online el costo será de £50.
Nos disculpamos por el error anterior. Nuestro correo electrónico es meditacioncristianauy@gmail.com. Allí atenderemos sus consultas en relación a nuestro próximo retiro.
Nuestra comunidad está de duelo junto al pueblo de Reino Unido y de la Commonwealth -indudablemente en todo el mundo- ante el fallecimiento de una mujer tal que ha sido una inspiración global.
Su sentido del deber ante el rol heredado tuvo un sentido profundamente religioso. Hizo que muchos sintiéramos que fue un verdadero sacrificio silencioso del yo, arraigado en su concepción cristiana del servicio. Su resiliencia y alegría fueron cualidades alimentadas por su vida espiritual.
A pesar de su seriedad respecto de esto, al encontrarse con personas de todos los niveles de la sociedad, ella comunicaba una franqueza humana, cálidamente inclusiva y un gran sentido del humor. Aún siendo un símbolo de jerarquía, representaba la unidad.
Más allá de la política, tal como le correspondía, y fuertemente reservada al expresar sus visiones personales, también logró transmitir sus valores y creencias fundamentales de la manera más auténtica y silenciosa.
En una era en que el liderazgo es limitado y frecuentemente disfuncional, ella representa sus mejores cualidades: fidelidad, interioridad y equilibrio. De este modo, ella permitió que su fe personal y su espíritu de oración brillaran a través de sus palabras y su estilo al desempeñar sus deberes. Por ello, su posición y lo que representaba no se sentían como una imposición sobre los demás.
No sorprende que personas de todo el mundo, independientemente de su relación con la institución, lloren su desaparición del escenario internacional y vayan a extrañar su manera de personificar el servicio con esa gracia tan natural.
Isabel II ascendió al trono cuando yo tenía un año de edad. (Nació en el mismo año que John Main). La muerte de la Reina es el fin de una era histórica. Su presencia simbólica se había tornado global, y así su pérdida es sentida muy ampliamente.
Este no es un tiempo de nostalgia solamente. Una respuesta contemplativa sería tomar la ocasión para reflexionar sobre la preocupante dirección que colectivamente estamos tomando hoy en dirección al futuro. Esta pausa en nuestro trajín cotidiano debe inspirarse en su ejemplo personal de servicio altruista que vivió durante sus setenta años de reinado.
Que descanse en paz. Y que su sucesor, el Rey Carlos III sea fortalecido por su inspiración y ocupe este rol único en consonancia con sus propios mejores valores espirituales y globales.
Una hermosa oportunidad para reencontrarnos y profundizar en nuestro camino de silencio y en nuestra fe de la mano del P. Kerber.
Por mayor información dirigirse por correo a meditacioncristianauruguay@gmail.com
Cupos limitados. Los lugares se reservan en el orden en que se reciben los depósitos. Agradecemos enviar comprobante.
En caso de tener alguna restricción alimentaria por favor informarla con una semana de anticipación. El acceso a las habitaciones es exclusivamente por escalera.
¡Los esperamos para disfrutar de este hermoso lugar en clave de comunidad!
Apatheia y Ágape La virtud del arrepentimiento nos ayuda a tomar conciencia de nuestras emociones egocéntricas y nos conduce a la humildad a medida que vamos siendo cada vez más conscientes de nuestra necesidad de Dios y de que sin Cristo no podemos hacer nada. El reconocimiento de nuestras heridas, esta percepción sanadora, nos conduce a una creciente sensación de armonía y estabilidad en nuestra vida emocional. Es más, al saber que somos amados a pesar de nuestras faltas, podremos aceptar y amar a nuestro prójimo cada vez más, ya que nos vemos reflejados en el otro: “El monje es un hombre que se considera uno con todos los hombres porque constantemente parece verse a sí mismo en los demás” (Evagrio Póntico. “Tratado sobre la oración”). Evagrio denominó a esta armoniosa manera de ser hacia la que vamos creciendo con la ayuda de la gracia, una combinación de “apatheia” (ausencia de emociones según el estoicismo) y “ágape” (amor): la integración emocional y el Amor Divino íntimamente conectados: “Agape es la criatura de apatheia”. Juan Casiano no utilizó este término de “apatheia”, sino que lo denominaba “pureza de corazón”. Thomas Merton explica que la pureza del corazón es “una total aceptación de nosotros mismos y de nuestra situación. La renuncia de toda imagen ilusoria de nosotros mismos, de toda sobrevaloración de nuestras propias capacidades, para poder obedecer la voluntad de Dios tal como nos llega”. A menudo se reprocha a los contemplativos su “egoísmo” pues se considera que sólo se preocupan de su propia salvación. Para Evagrio y los Padres y Madres del Desierto la oración era fundamental; era lo que daba sentido a sus vidas. Aún así, recibimos esta enseñanza: “Puede suceder que mientras estamos orando algún hermano venga a vernos. Entonces tenemos que elegir entre interrumpir nuestra oración o entristecer a nuestro hermano al negarnos a responderle. Pero el amor es más grande que la oración. La oración es una virtud entre otras mientras que el amor las contiene a todas” (San Juan Clímaco s.VII). Sólo después de haber puesto en orden nuestra propia casa podremos sinceramente sentir compasión por otros y servirles de apoyo: ”Alcanza la paz interior y miles a tu alrededor encontrarán la salvación” (San Serafín de Sarov). Se nos apremia a no olvidar que somos uno con Cristo y que lo que le ocurre a nuestro vecino es de máxima importancia para nosotros: “La vida y la muerte dependen del prójimo. Si ganamos al hermano, ganamos a Dios. Pero si escandalizamos a nuestro hermano, pecamos contra Cristo” (S. Antonio Abad). El camino espiritual nos ayuda a estrechar el espacio entre nosotros y los demás. Somos los guardianes de nuestro hermano. Como resultado de esto, el mundo se convertirá en un lugar más pacífico; no cambiando el mundo, sino cambiando nuestra propia actitud, pasando del interés propio a la preocupación por los demás, al margen de las relaciones familiares, del pasado, de las diferencias culturales o religiosas. “Sé el cambio que quieres ver en el mundo” (Gandhi). Esta es la esencia de las enseñanzas de Jesús.